EL TERCER MUNDO: KUSKURZA

Siguiendo el relato mitológico del surgimiento de los INDIOS HOPI, ahora nos toca hablar del Tercer Mundo.

Al TERCER MUNDO, se lo denominó KUSKURZA.

Su dirección fue este, su color el rojo. Su mineral fue la palasiva (cobre), su planta la piva (tabaco); su pájaro el angwusi (cuervo), y su animal el choovio (antílope)

Una vez sobre este, la gente comenzó otra vez a multiplicarse y propagarse continuando su progreso en el Sendero de la Vida. En el PRIMER MUNDO habían vivido de una manera sencilla junto a los animales. En el SEGUNDO MUNDO, habían desarrollado ciertas habilidades manuales, construyeron casas y pueblos. Ahora, en el Tercer Mundo se multiplicaban y avanzaban tan rápido que tuvieron la necesidad de crear ciudades, países y toda una civilización. Esto hizo difícil para ellos seguir el Plan de la Creación y elevar plegarias a TAIOWA y SOTUKNANG. Con el tiempo, la gente se ensimismaba más y más en sus quehaceres diarios.

Sin embargo, algunos de los hombres mantuvieron la sabiduría que les había sido concedida. Con ella, entendieron que cuanto mas se apartaran del Sendero de la Vida más difícil se pondrían las cosas. Fue por ello que fue destruido el Primer y el Segundo Mundo. Estaban muy preocupados porque mucha gente estaba utilizando sus habilidades de manera maligna.

Había entre ellos una mujer, que se estaba haciendo conocida por su maldad y por que estaba corrompiendo a mucha gente. Los hombres le ofrendaban collares de turquesa por sus favores.

Bajo el mando del Clan del Arco, la gente comenzó a utilizar sus poderes creativos de mala manera. Alguno de ellos pudieron desarrollar patuwvota (escudos) y por medio de sus habilidades hicieron que se elevasen por los aires. Sobre ellos la gente pudo desplazarse y algunos volaron hacia grandes ciudades para atacarlas, y volvían tan rápido que nadie podía saber que era lo que había sucedido.
Con el tiempo, en muchas ciudades comenzó a desarrollarse esta tecnología hasta que todos tuvieron sus putuwvotas. Por medio de ellas volaban de una ciudad a otra para atacarlas. Era la misma guerra entre la gente de este Tercer Mundo, que se había corrompido nuevamente.

Entonces Sotuknang se dirigió hacia la Mujer Araña y le dijo: “No debemos esperar más, el mundo esta otra vez amenazado. Algo debe realizarse para que la gente que permanece con la canción del Creador en sus corazones sea salvada. Será difícil, con toda esta destrucción, el poder juntarse y dirigirse al lugar que he designado para que puedan salvarse. Pero los ayudaré. Luego tú los salvarás cuando yo destruya este mundo por medio del agua. Dirígete al lugar designado y allí verás plantas gigantes con tallos huecos. Córtalos, y pon la gente allí dentro. Luego te diré que será lo próximo que deberás hacer”

Y así, la Mujer Araña cortó los tallos huecos de las plantas gigantes, la gente comenzó a acercarse a ella, y ella los ayudaba a entrar y les daba agua y hurusuki (pasta de maíz blanco) para que puedan alimentarse. Una vez que estuvieron todos dentro, Sotuknang apareció.

“Ahora ve con ellos y cuídales” le dijo a la Mujer Araña “Ahora destruiré este corrompido Tercer Mundo”

Entonces Sotuknang hizo desatar la furia de las aguas sobre la tierra. Olas mas altas que montañas se abalanzaron sobre la tierra dejándola sepultada. Los continentes se quebraron y se hundieron bajo los mares. Una lluvia incesante también acompañaba el fin de este mundo.

La gente navegó y navegó en esos tallos huecos escuchando el agua embravecida. Se elevaban hasta las crestas de las olas, para luego caer sobre las aguas. Hasta que por fin todo se fue tranquilizando. Y estaban felices de ver que habían permanecido a flote y a salvo de tamaña destrucción

Una vez calmadas las aguas, comenzaron a navegar, esta vez más tranquilos con la ayuda de la Mujer Araña.
La gente logro sobrevivir gracias a sus hurusukis, con el que habían estado alimentándose en la travesía. Miraron hacia el horizonte y pudieron observar una pequeña porción de tierra que pertenecía al pico de una de las más altas montañas y se establecieron allí. A su alrededor solo podía observarse agua y más agua. Eso era todo lo que había quedado del Tercer Mundo

Dónde está el CUARTO MUNDO, que Sotuknang dijo que crearía para nosotros” pregunto la gente. Entonces enviaron pájaros de distintas clases para que vuelen sobre las aguas, en búsqueda tierra firme. Pero todos regresaban exhaustos, sin haber visto ningún signo de tierra. Luego plantaron un junco, que creció muy alto. Treparon a él y observaron desde la punta. Pero otra vez, no había ningún signo de tierra.

Luego Sotuknang apareció y le dijo a la Mujer Araña “Deben continuar su viaje. Su sabiduría interna los guiará. La puerta en la punta de sus cabezas (kopavi) está abierta.”

Una vez escuchado esto, la Mujer Araña ordenó a la gente que hicieran botes redondos y planos con los tallos huecos para que puedan navegar. Por mucho tiempo anduvieron a la deriva del viento y el movimiento de las aguas y por fin arribaron a otra isla rocosa.

“Es más grande que la otra, pero sigue siendo pequeña” dijeron. La Mujer Araña les dijo “Si, es cierto no es lo suficientemente grande, continuad buscando”

Y así hicieron, continuaron navegando hacia el horizonte. Fueron pasando los días. Luego escucharon un sonido, y creyeron que estaban cerca de tierra firme nuevamente.

Y así fue. Pero esta vez los esperaba una gran extensión de tierra, con pasto, árboles, plantas y hermosas flores. Una vez allí, aprovecharon para descansar. Muchos quisieron quedarse. Pero la Mujer Araña les dijo: “No, este no es el lugar. Deben continuar”
Así que comenzaron a caminar hacia la punta este de la isla. Allí, encontraron más plantas y juncos de tallo hueco. La Mujer Araña ordeno que con ellas hicieran nuevos botes. Esta vez más grandes y mejor construidos de tal manera que podían albergar una o más familias. Una vez terminados la Mujer Araña ordenó hacer remos para poder así dirigir mejor la navegación.

Y comenzaron a navegar nuevamente. Luego de un largo y ajetreado viaje hacia el este y un poco al norte, volvieron a escuchar un sonido lejano. Tierra por fin. Una familia tras otra fue desembarcando en ella alegremente. El lugar era muy grande y realmente hermoso. La tierra fértil, con muchos árboles, plantas y semillas que les proveerían de mucha comida. La gente estaba muy feliz, y permanecieron allí algunos años.

“No, este no es el Cuarto Mundo” les dijo otra vez la Mujer Araña. “Se que les agrada vivir aquí. Pero pronto caerán en la maldad nuevamente. Deben seguir. Ya se les ha dicho que el camino sería muy largo y duro”

Reticentemente, la gente se dirigió caminando hacia el este de la isla en la costa más lejana. Nuevamente hicieron botes y remos. Una vez preparados la Mujer Araña les dijo:

“Ya he hecho todo lo que me ha sido ordenado. Ahora deberán seguir solos y encontrar por ustedes mismos el lugar que ha sido puesto para vosotros. Solo mantengan sus puertas abiertas, y su espíritu los guiará”

Solos esta vez, partieron y viajaron hacia el noreste. Remando duro por muchos días y noches. Por fin volvieron a ver tierra. Se elevaba alta sobre las aguas, y extendiéndose más allá de lo que podían ver. Una tierra verdaderamente rica y grande. Su sabiduría interior les dijo “Este es el CUARTO MUNDO

Mientras se acercaban más y más a la orilla, la tierra se veía más y más grande, eran verdaderas montañas, por lo que no podían colocar sus botes allí. Entones se dirigieron hacia el norte, pero las montañas eran aún más altas y escarpadas. Decidieron ir al sur y viajaron por varios días. Pero allí también la altura y lo rocoso del terreno impidieron que puediesen tocar tierra.

Ya sin saber que hacer, la gente paró de remar, abrió su puerta interior que se encontraba en la cima de sus cabezas, y dejó guiarse por ella. Casi inmediatamente el agua se calmó y el panorama se aclaró y pudieron divisar un lugar donde desembarcar. Se dirigieron hacia allí, y alegremente saltaron sobre la arenosa orilla y gritaron EL CUARTO MUNDO!!!” “Por fin hemos encontrado nuestro lugar”

Una vez desembarcados todos, Sotuknang se apareció ante ellos y les dijo “Bien, veo que están todos aquí. Eso es muy bueno. Esta es la tierra que he preparado para vosotros. Miren ahora hacia atrás, el camino por donde han venido”

Miraron hacia el sur oeste y la gente pudo ver a la distancia las distintas islas donde habían parado a descansar. “Ellas son las huellas de su viaje” continuó Sotuknang “La cimas de las más altas montañas del Tercer Mundo…..ahora observen”

Mientras la gente las observaba, la mas cercana comenzó a hundirse bajo el agua, luego la próxima, y así hasta que lo único que podía divisarse en el horizonte era solo agua.

“Han visto” dijo Sotuknang, “He borrado hasta las huellas de donde han venido. Debajo de las profundidades del mar yacen todas aquellas orgullosas ciudades, los patuwvotas (platos volantes), los tesoros y la gente corrompida por la maldad que no tuvieron tiempo para cantar sus plegarias al Creador desde la cima de las montañas. Pero llegará el día, si conservan su memoria y el significado de su Surgimiento, en que ese sendero (las islas) que atravesaron para llegar hasta aquí vuelvan a emerger para así ustedes poder probar la veracidad de su historia”

Y Este fue el fin del Tercer Mundo.

2 comentarios en «EL TERCER MUNDO: KUSKURZA»

  • el 09 a las 11:35 am
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    i was in the second mesa,
    i ll send you pics
    grate job!

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