MAS SOBRE LA RELIGION HOPI

Los INDIOS HOPI son una tribu religiosa, ya que la esta forma parte de su vida cotidiana como habíamos dicho en ateriores entradas (ver los kachinas y la religión Hopi), además de religioso el HOPI es un ser muy moral en el amplio sentido, pero sin embargo no hay una lógica conexión entre moral y religión.

En todo lo que se ha dicho sobre Dioses, kachinas, y la unidad espiritual de toda vida animada, la personificación de la naturaleza y la correcta conducta para obtener el favor de los Dioses, no hay referencia alguna a la moralidad como su objeto.

El propósito de de la religión de los Hopi es ya o ganar la simpatía de los dioses u obtener salvaguarda contra el mal; influencias que los espíritus benignos son capaces de ofrecer ya sea a la tribu en su conjunto o a cada uno individualmente.

La bondad, la generosidad, respeto a la propiedad, a la familia, son obtenidos como producto de la vida en comunidad, muy conectados con las creencias religiosas pero no son su objeto.

Los Hopi, han descubierto por experiencia propia que la honestidad es la mejor política entre amigos y vecinos pero no necesariamente entre enemigos. Estos principios son respetados en la vida cotidiana para obtener seguridad mutua, tanto de la propiedad como de la persona –cabe recalcar que entre las tribus hopi casi no existen delitos contra la propiedad, como por ejemplo el hurto, y menos aún delitos contra la persona, como el asesinato.- Todo esto redunda en una mayor prosperidad y felicidad por una cuestión de pura lógica.

Estos principios molares son, mas que nada, producto de su ancestral experiencia, pero no necesariamente inculcados por algún sacerdote o chaman.

En esto último radica una de las grandes avances entre los hopi y tribus primitivas, e incluso con religiones “modernas”.

En síntesis se podría decir que se debe practicar la bondad y el respeto tanto con los hombres como con la naturaleza porque es lo más lógico y redundara en beneficio de todos, y no porque un Dios o espíritu este aguardarnos para premiarnos o castigarnos por su obediencia u omisión.